Viaje en el Tiempo

¿Y si pudiéramos viajar en el tiempo? Lo admito, estoy obsesionada con la serie Heroes y en especial con  Hiro Nakamura y su excelente habilidad de controlar el tiempo y el espacio. El puede arreglar sus errores, evitar experiencias desagradables, ver las consecuencias de una decisión antes de tomarla...  

Pero con cada experiencia aprendemos algo, crecemos, mejoramos, y si elimináramos todos nuestros errores solo nos condenaríamos a cometerlos en otro momento, y el resultado podría ser peor que el primero. Honestamente no me gustaría cambiar el pasado.

¿Y ver el futuro?  Si embarazada de Melissa hubiera viajado al futuro talvez habría visto una escena de hace un año, saliendo de la embajada, contemplando la Basílica de Suyapa a lo lejos, pidiendo a la madre de nuestro Señor que intercediera por los ojos de Melissa, y prometiendo visitarla cuando ella mejorara.

O me podría haber visto casi un año después, cumpliendo esa promesa, con Melissa en brazos, deleitada en los vitrales de la basílica con un parche tapando su ojo izquierdo, un lente de contacto en su ojo derecho y una preciosa sonrisa en su boca ¿me habría angustiado todos esos meses hasta saber como resultaría todo?

No creo que sea buena idea ver el futuro. En una sola escena no se puede apreciar todo el camino recorrido.

En realidad cuando estaba postrada ante el Santísimo junto a Daniel y Paola mi oración era de gratitud al Señor, por la fidelidad que nos ha mostrado, por habernos acercado aún más a Él y porque el tratamiento de Melissa va funcionando.

Creo que en lugar de viajar en el tiempo, prefiero vivir un día a la vez, aprendiendo de mis errores, creciendo en fé con las dificultades y sobre todo disfrutando de las bendiciones. 

Como cuando le pregunté a mis hijos que habían pedido en sus oraciones y Daniel me dijo "Que cure a Melissa y a todos los que tienen enfermedades" y Paola  contestó: "Yo le pedí un osito, un conejito y muchos juguetes"

Gracias Señor por el amor de Miguel, la alegría de Melissa, la generosidad de Daniel y la inocencia de Paola.

Y gracias Virgencita por tu interseción.